jueves, 10 de agosto de 2023

Hay tantas respuestas, pero nadie hizo las preguntas

 Hay tantas respuestas, pero nadie hizo las preguntas.

Julio tuvo esta espontánea reflexión el otro día hablando x telefono. 

Tanta información en internet, en las redes sociales... tantos datos importantes, consejos valiosos, información práctica, respuestas... que llegan espontáneamente, con el ligero deslizamiento de un dedo... pero y las preguntas, quién las hace?. 

Andamos bombardeados por imágenes, textos, información, abrimos el teléfono y se abre un vórtice que nos hipnotiza y nos chupa el alma. 

Todo se vuelve tan fácil y accesible... parece que se está perdiendo el espacio para la duda. La mente se acostumbra a la comodidad, y se vuelve flácida y débil.

Las estrellas, el silencio, las dudas, las preguntas, la inactividad, la lentitud, la espera, los rituales sociales y religiosos... todo eso nos hacía estar abiertos a la Vida y perceptivos. 

Interconectados por nuevas redes... Somos la generación de las redes mundiales... "world wide web". El mundo entero conectado a tiempo real, basta un sólo click para estar "en línea". 

Y paradójicamente el Hombre jamás ha conocido tanta soledad como ahora. 

Ahora nos conectamos al Wifi para pretender conectarnos con el "todo".
Quizá pudiéramos hacer un paralelismo con el Espíritu Santo en la tradición cristiana. Aquello con lo que, si uno consigue conectarse, puede llegar a recibir una información inimaginable. 

Las preguntas surgen, para empezar, de la falta de respuestas, evidentemente. También del tiempo libre, del no hacer nada, del aburrimiento, de las dudas, de la curiosidad...

Ahora los prácticos dispositivos modernos nos permiten hacer tantas cosas que siempre estamos ocupados. Siempre recibimos información, en ocasiones interesante, pero igualmente nos impide vernos obligados a entrar desnudos en ese espacio incómodo pero emocionante que es la incógnita, la pregunta. 


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